María del Carmen, a quien apodan Pepita de Oro, tiene ocho años, y vive en una cité situada en uno de los antiguos barrios de Santiago. Su madre trabaja y su padre está en el extranjero, según cree la niña, a la que cuida una vieja nana. Aunque va al colegio, Pepita se escapa continuamente a un cine del barrio y vive soñando con los héroes y las heroínas de las pelicúlas que ve. La acompaña en estas aventuras y ensoñaciones El Almirante, un borrachín de unos cincuenta años, a quien Pepita se confía como lo haría a su padre.