En este magistral libro se describe una civilización esclavizada por los medios, los tranquilizantes y el conformismo. La visión de Bradbury es asombrosamente profética: las pantallas de televisión ocupan paredes y exhiben folletines interactivos, unos auriculares transmiten a todas horas una insípida corriente de música y noticias, y el cuerpo de bomberos rastrea y elimina a los disidentes que conservan y leen libros.