Este libro nos acerca a la cultura Chinchorro y nos permite conocer sus tradiciones y rituales.
Acira era curiosa, por eso no dejaba de pensar en las grandes murallas de piedra y en los coloridos paisajes de los que hablaban los adultos. Pero su madre no le permitía visitar esos lugares porque cuando su padre partió a conocer otros paisajes, nunca pudo encontrar el camino de regreso a casa.