La Contrarreforma fue un proceso clave de transformación de la Iglesia de Roma entre los siglos XVI y XVII, en respuesta al desafío del luteranismo. Esta obra de Elena Bonora analiza su evolución: desde la reacción inicial ante la fractura protestante hasta el fortalecimiento del papado, el desarrollo del aparato institucional contra la herejía y el control clerical de la sociedad, así como su consolidación y posterior desintegración.